Departamento de Pintura: los cuadros imprescindibles
El Departamento de Pintura del Museo del Louvre tiene la particularidad de no exhibir obras anteriores a 1848, salvo en pocos casos. Esta colección muestra los movimientos pictóricos europeos de los siglos XIII al XIX.
La historia del Departamento de Pintura del Louvre
Francisco I comenzó a reunir obras de arte para componer una colección real. Gracias a él, la realeza de Francia adquirió el legendario y misterioso retrato de la Mona Lisa. El Museo del Louvre nació en el crepúsculo de la Revolución francesa en 1793. Las pinturas transferidas allí se exhiben principalmente en la Gran Galería o en el Patio Cuadrado. La especialización de la colección del Museo del Louvre en pinturas anteriores a 1848 data del siglo XX. En 1986, se decidió que las pinturas más recientes se exhibieran en el Museo d’Orsay, ubicado a pocos metros de allí.
Ver la colección de pintura del Museo del Louvre
Para admirar las pinturas más bellas del mundo exhibidas en el Louvre, deberá ir al primer piso del Ala Denon y al segundo piso de las alas Richelieu y Sully. Tenemos la obligación de citar la Gran Galería entre las salas más conocidas. Esta majestuosa parte del palacio, de 450 metros de largo por 13 de ancho, es uno de los accesos a la sala 6, donde se exhibe la Gioconda. ¡No es difícil imaginar el pasado real del edificio cuando se lo recorre!
Una selección de piezas imprescindibles
La Gioconda es, desde ya, uno de los cuadros más populares. Sin embargo, ¡veamos también otras 5 obras maestras que merecen la misma atención!
La balsa de la Medusa
Realizada entre 1818 y 1819, la balsa de la Medusa es un cuadro inmenso, de 4,91 m de alto y 7,17 m de ancho. La obra del movimiento romántico pintada por Théodore Géricault se conoce por su composición gráfica, que narra con emoción el hecho real de la balsa de la fragata Medusa.
La Libertad guiando al pueblo
El cuadro La Libertad guiando al pueblo se trasladó al Museo del Louvre en 1874. Es una de las obras más conocidas de Eugène Delacroix. Es una alegoría más tarde elegida para representar a la República francesa. Sus dimensiones monumentales, de 2,6 m de alto por 3,25 m de ancho, le hacen sentir al espectador la importancia de los acontecimientos mostrados.
Con una entrada del Museo del Louvre se accede al Museo Nacional Delacroix del barrio de Saint-Germain des Prés, París.
El tahúr del as de diamantes
El tema del tahúr se hizo popular en la pintura con El Caravaggio en el siglo XVI. Era una época en la que la representación de las personas del pueblo era una novedad. Este tema permite representar personajes girados tres cuartos hacia fuera del cuadro, como para revelarle la trampa al espectador de la escena. El tahúr del as de diamantes de Georges de la Tour cumple estos criterios.
La entrada de Alejandro Magno a Babilonia
Cuando Alejandro Magno entró a Babilonia, el rey persa Darío III abandonó su pueblo y su palacio. Alejandro Magno entró triunfal y descubrió allí una suntuosa ciudad, muy diferente a la que imaginaban los griegos. Detrás del personaje de Alejandro, glorioso en su carro dorado, se adivinan los suelos de los jardines colgantes que forman parte de las 7 maravillas del mundo antiguo. A este cuadro pintado por Charles Le Brun en la época del rey Luis XIV también se lo denomina "El triunfo de Alejandro".
El departamento de pinturas del Museo del Louvre es el más popular entre el público, junto con el de las antigüedades egipcias. Todos queremos acercarnos a la Gioconda al menos una vez, aunque sea de lejos. Beyoncé misma hizo el viaje y tuvo la oportunidad de tomarse una selfie que se difundió por Internet.
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