El Museo Guimet, en el corazón de la cultura asiática
Construido por iniciativa de Emile Guimet, el Museo Guimet o Museo Nacional de Artes Asiáticas es el resultado de su deseo de crear un museo de las religiones de Egipto, la antigüedad clásica y los países asiáticos. Situado en el XVI distrito de París, en la plaza de Iéna, el monumento se renovó por completo en 1997 para encarnar un gran centro europeo de conocimientos sobre las civilizaciones asiáticas.
HISTORIA DEL MUSEO GUIMET
Durante sus numerosos viajes a Egipto, Grecia, Japón, China e India, Emile Guimet logró reunir grandes colecciones para su institución, que presentó en Lyon a partir de 1879. Poco a poco, las colecciones del museo fueron concediendo cada vez más espacio a Asia, aunque la institución conservó una sección sobre las religiones del antiguo Egipto. El lugar asignado a las religiones de la antigüedad se ve, por su parte, reducido en beneficio de las colecciones de objetos coreanos de Charles Varat y las de arte tibetano de Jacques Bacot.
Desde 1927, el Museo Guimet está adscrito a la Dirección de los Museos de Francia y sus colecciones se amplían gracias a la participación de Paul Pelliot y Edouard Chavannes. Las obras originales del Museo Indochino del Trocadero y la Delegación Arqueológica Francesa en Afganistán continúan alimentando sus colecciones.
En 1945, el Museo Guimet envía al Louvre sus obras del antiguo Egipto a cambio de todas las obras del departamento de arte asiático del Louvre. Se convierte así en uno de los primeros museos de arte asiático del mundo.
El gran programa de renovación que se puso en marcha en 1996 ha permitido a la institución fundada por Emile Guimet integrar el progreso de la museología en términos de presentación y conservación de obras. El museo ofrece actualmente un espacio de 5500 m² de galerías iluminadas con luz natural. La visita se desarrolla en un espacio tranquilo y abierto, para apreciar plenamente la relación y las diferencias entre los distintos estilos artísticos asiáticos, no solo de una época a otra, sino también de un país a otro.
VISITAR EL MUSEO NACIONAL DE ARTES ASIÁTICAS
Esculturas, jarrones, miniaturas de edificios antiguos, telas... La selección del instituto es tan rica por la naturaleza de las obras de arte como por la diversidad de estilos tradicionales.
Visitar el Museo Guimet es un clásico imprescindible en París. Es sin duda uno de los lugares culturales más bellos y exóticos de la capital.
Los amantes del arte oriental (chino, japonés, coreano, camboyano, indio, budista, etc.) quedarán fascinados por la belleza y la extensión de las colecciones. En ocasiones se suman exposiciones temporales a las colecciones permanentes, como la exposición Daimyo: Señores de la Guerra en Japón. Estas exposiciones permiten a los seguidores de la cultura asiática efectuar nuevos descubrimientos constantemente y volver a disfrutar de una visita del Museo Guimet sin aburrirse.
Déjese transportar a las antípodas de Europa durante una visita de dos o tres horas. En el Museo Nacional de Artes Asiáticas, se sentirá a caballo entre dos mundos.